Agua: cambia contar calorías por contar vasos de agua. Mantener una buena hidratación es fundamental. Garantiza el correcto funcionamiento de nuestro cerebro, tracto digestivo, órganos, músculos...
Aire: sal a respirar aire puro al menos una vez a la semana. Al monte, a la playa. El contacto con la naturaleza y los espacios abiertos nos devuelve la energía que derrochamos frente a teclados y pantallas.
Alimentación: saludable y consciente. Comer de forma saludable nos llena de energía y ayuda a fortalecer el sistema inmunitario. Hacerlo de manera responsable proporciona autocontrol y mayor disfrute de los alimentos.
Actividad: hay que moverse. El qué, cuándo y cómo importan menos de lo que crees. Realizar actividad física nos llena de vitalidad y energía y refuerza nuestra autoestima. ¡Trabaja tu factor de superación personal!
Tiempo: para ti. Tómate 10’ al día, cada día. Minutos para ti, para pensar en ti. En lo que sientes, lo que te afecta, lo que te gusta. Minutos en que la actividad que estés haciendo sea ‘pensar en ti’. Sin distracción. Fuente VOGUE